Nuestro itinerario comenzará tras aterrizar en la capital, Dakar.  Allí podréis descubrir la ciudad, antes de tomar el ferry para ir a la isla de Goreé, un encanto hechizante: a cuatro kilómetros frente a la costa de Dakar y a veinte minutos en chalupa (ferry). La isla forma parte de los lugares clasificados por la UNESCO en el patrimonio mundial de la humanidad desde 1978. A su vez portuguesa, holandesa y francesa, la isla llegó a ser a partir del siglo XVII uno de los principales centros de venta de esclavos. Con un pasado tan trágico como fastuoso, la isla alberga casas de balcones de madera pintados y pequeñas calles de arena que conducen al mar. Podréis visitar la casa museo de una de las estremecedoras “casas de los esclavos”, que muestra lo que fue un centro de trata y de almacén de esclavos destinados a partir a las Américas. Los baobabs y otros árboles dan sombra a los lugares públicos, mientras que las buganvillas adornan las paredes de ladrillo.

 

Tras regresar a Dakar emprenderéis camino en dirección a Saint Louis, antigua capital de Senegal y símbolo del pasado colonial del país. Desde allí os dirigiréis al Parque Nacional de la Langue de Barbarie, donde realizaréis una excursión en piragua, medio de transporte tradicional de la región, y surcaréis las aguas del río Senegal hasta llegar a la reserva natural. Durante la época migratoria, cientos de aves surcan los cielos y disfrutan de un descanso antes de continuar su viaje al sur del continente.

 

También tendréis ocasión de realizar una visita a la ciudad, paseando por las calles con sus viejas casas de colores múltiples que recuerdan el período colonial. El encanto de una ciudad levantada en un enclave protegido naturalmente, una isla en la desembocadura del rio que da nombre al país. Apodada la "Venecia africana", su casco antiguo se encuentra en la isla de N'Dar, situada en el río Senegal. Esta isla está unida al continente por el famoso Puente Faidherbe.

 

Además, visitaréis el único desierto de Senegal, Lompoul. Tras la llegada a la aldea de Lompoul seréis traslados en vehículo todoterreno al campamento nómada de haïmas mauritanas. Allí tendréis la posibilidad de dar un paseo a través de las dunas de arena para contemplar el desierto y deslizarse por las dunas con una tabla de surf.

 

De la aldea de Lompoul continuaréis hacia Touba. En el camino visitaréis una aldea del Sahel, de la etnia peul o wolof, donde empezaréis a adentrarnos en la cultura y formas de vida de las poblaciones senegalesas y disfrutar de sus gentes. Con la llegada a Touba visitaréis una de las mezquitas más importantes del África. La religión es importante en Senegal, donde musulmanes, cristianos y animistas conviven en perfecta armonía. La ciudad de Touba es una ciudad santa y uno de los lugares de peregrinación de los africanos islámicos.

 

Será entonces cuando abandonaréis la aridez del norte para dirigiros a un paisaje más verde, hacia el sur. Llegaréis a la región de Saloum, donde os alojaremos en las márgenes del río Saloum, un entorno único patrimonio de la Humanidad, que está formado por canales de agua salada rodeados de bosque de manglares con numerosas islas que están habitadas fundamentalmente por poblaciones de la etnia Serere. Embarcaréis en una barcaza a motor, transporte típico de la zona y surcaréis las aguas de este río. También realizaréis una visita a pie de una aldea de la etnia Serere, que se dedica fundamentalmente a la pesca. Si es la época, tendremos la posibilidad de asistir a un espectáculo de la famosa lucha libre senegalesa.

 

A continuación, abandonaremos la región de Saloum para dirigirnos a la zona oriental de Senegal. Allí tendréis una primera imagen de la diversidad étnica del país a través de las aldeas que encontramos durante el viaje. Se atraviesa la parte central del país para llegar a Tambacounda. Antes de la época colonial fue un campamento mandiga del reino Boundou. El nombre Tambacounda significa “Casa de Tamba”. Es un lugar de encuentro regular de vendedores. Se puede también ver varios vestigios de la época colonial como la estación de tren. Continuaréis vuestro camino hasta llegar a Mako, situado en las inmediaciones del Parque de Niokolo-Koba junto al río Gambia, donde realizaréis un pequeño trekking para intentar avistar hipopótamos.

 

Seguidamente empezaréis a adentraros en el Senegal oriental, hacia la puerta del País Bassari, una región poco conocida incluso por los propios senegaleses y que ignora mucho del mundo moderno. Los Bassari se refugiaron aquí huyendo de la islamización de las tribus nómadas del norte. Pero no es el único pueblo de la región, también conocemos a los Peul, Malinke y especialmente a los Bédik, subgrupo de los Bassari. En general todos ellos conservan sus costumbres tradicionales muy arraigadas, favorecidos por el aislamiento que les proporcionan las montañas. Os dirigiremos a la aldea de Dindifelo y realizaréis una ruta hacia la cascada de Dindifelo. Admirando bosques, vegetación exuberante y termiteros de hasta tres metros, realizaréis una pequeña excursión entre paredes rocosas hasta su famosa cascada de agua fresca proveniente de la montaña que cae unos 115 m hasta una laguna verde y cristalina, donde podréis bañaros. De regreso a la aldea de la etnia Peul tendréis tiempo libre para descubrir más la zona y mezclaros con la gente local.

 

Partiréis entonces hacia los pueblos Bassari, donde empezaréis un suave ascenso entre vegetación virgen y paisajes sorprendentes. Las entrañas del País Bédick sólo son accesibles a pie. En la cima está Iwol, una aldea detenida en el tiempo, caracterizada por sus casas de piedra y barro, y sus techos cónicos de paja. Sus habitantes preservan la forma de vida ancestral, sin atisbo de querer cambiarla. Después regresaréis a Kedougou para pasear por su mercado local, dónde la cercanía de Mali y Guinea se refleja en sus productos locales.

 

Saldréis entonces en dirección norte, hacia la región de Kaolack, la tercera ciudad más importante del país, y la capital del cacahuete. Podréis visitar la ciudad y su antiguo mercado de arquitectura sudanesa donde se concentran vendedores venidos de todos los países limítrofes. En este sitio, se puede encontrar casi cualquier producto pasando de la alimentación a todos tipos de amuletos.

 

Desde allí saldréis hacia Joal y Fadiouth, parando en el camino en un palmeral y visitando uno de los Baobabs más grandes de Senegal. Descubriréis este lugar ubicado a tan sólo 35 km de Saly, el pueblo de pescadores de Joal. Después llegaréis a Fadiouth, población construida sobre un brazo de mar plagado de manglares repletos de ostras. Fadiouth es en realidad una isla artificial construida a base de conchas marinas recogidas durante siglos por los pescadores y unida a la costa por un puente de madera. Además, se incluye la visita a los graneros construidos sobre el río, sobre postes de madera y a los que sólo se puede acceder en piragua.

 

A continuación, seguiréis camino hasta llegar al Lago Rosa, donde os alojaréis. Se ubica a algunos centenares de metros del océano en un paisaje de dunas arenosas y de magníficas playas salvajes. Su particularidad es totalmente excepcional: el lago está rosa cuando el sol está en su punto máximo. Además de su color, su importante salinidad (300 GR/litro) lo coloca en segunda posición después del Mar Muerto. Después, entraréis en el mundo del rallye Paris-Dakar en su paso por el norte de África.

 

Por último, volveréis a Dakar, para realizar una vista panorámica de la ciudad, marcada por contrastes que no os dejará indiferentes, donde lo tradicional y el desarrollo van de la mano. Finalmente, seréis trasladados al aeropuerto para regresar a casa.

​

Descubrirás la variedad de este país africano, y la amabilidad y hospitalidad de su gente te cautivará.

Te sorprenderá comprobar que el pasado colonial del continente no lastra la fuerza de sus pueblos.